lunes, 8 de noviembre de 2010

Crúzate conmigo a cien por hora.


Píllate los dedos.
Los lameré hasta que no sepan a miel. Hasta que no dejen de ser miel.
Sal, niega todo y después vuelve.
Te invito a un café.
Caliente, claro.
Y sin azúcar. Sin aliento.

(Báilame el agua)

2 comentarios:

Sonríeme.